La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso central de forma crónica y, además, progresiva. Como lo define la Associació Catalana per al Parkinson, esta enfermedad influye “en las estructuras del cerebro encargadas del control y la coordinación de los movimientos, así como del mantenimiento del tono muscular y la postura”. En este sentido, el Parkinson está asociado a la degeneración de una de esas estructuras cerebrales, la llamada “sustancia negra”. En ella, se almacena la dopamina, un neurotransmisor fundamental para la regulación y coordinación de los movimientos. Por este motivo, la descoordinación corporal es una de las manifestaciones principales de esta enfermedad.
Aunque los síntomas no son permanentes, sino que aparecen y desaparecen, la rigidez muscular, los temblores, la lentitud a la hora de caminar y de realizar movimientos corporales, ciertas anomalías posturales – como la inclinación de la cabeza y el tronco hacia adelante – y algunos trastornos relacionados con el equilibrio son los más frecuentes.
El 11 de abril celebramos el Día Mundial del Parkinson con el objectivo de sensibilizar sobre el impacto que tiene en los enfermos y las enfermas la imagen equivocada de la sociedad acerca de esta enfermedad. En este sentido, según los datos de la Federación Española de Parkinson, más de 160.000 personas sufren este trastorno, de las que una de cada cinco es menor de 50 años. En este artículo, abordamos cómo cuidar la salud dental de las personas con Parkinson.