Una de las desventajas de los implantes convencionales es que, después de la intervención, es necesario dejar sanar los tejidos blandos y óseos de la cavidad oral antes de la colocación de la corona. El tiempo de cicatrización y osteointegración puede prolongarse, en el mejor de los casos, de 10 a 12 semanas.
Gracias a los implantes de carga inmediata, sin embargo, esta espera se reduce al mínimo, ya que el paciente puede volver a casa con una prótesis provisional el mismo día de la intervención.